jueves, 19 de marzo de 2009

A un año de la operación Fénix, el Ministro de Defensa muestra su indefensión


El pecado de Santos


Renace crisis diplomática con Ecuador y Venezuela por declaraciones de Mindefensa colombiano sobre el terrorismo que se ejerce fuera de sus fronteras.



Falsos Positivos. Juan Manuel Santos rezó en su primer y segundo strike. Viene el tercero.


Por su lengua, un santo ha pecado. Tras la salida de la directora del DAS por los seguimientos a miembros del Polo Democrático, del Superintendente Financiero por el caso de las Pirámides, y de los Viceministros del Interior y de Justicia, entre otras dimisiones burocráticas recientes, el Ministro de Defensa colombiano Juan Manuel Santos temió “poncharse” esta semana por sus declaraciones a propósito de la Operación Fénix.


A un año de la muerte de Raúl Reyes en territorio ecuatoriano, Juan Manuel Santos reavivó el episodio amargo que terminó en el divorcio de las relaciones diplomáticas entre el gobierno de Rafael Correa y Álvaro Uribe, y debilita hoy su relación con el colombiano.


Los mandatarios coincidieron en desestimar las declaraciones del Ministro en alusión a Fénix, operación militar que violó la soberanía ecuatoriana el uno de marzo de 2008, y dio muerte al canciller de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Raúl Reyes, hallando evidencias de la expansión y el ejercicio internacional de esta narcoguerrilla.


"Golpear a terroristas que están atentando contra la población de un país, así estos no se encuentren dentro de su territorio, es un acto de legítima defensa”, declaró Juan Manuel Santos al diario El Tiempo en entrevista publicada el domingo de aniversario, quien además aseguró que este tipo de operativos de inteligencia son cada vez más aceptados por la comunidad y el derecho internacional.

La furia de Correa


Ecuador no tardó con sus amenazas. "No se meta con Ecuador. No cometa ese terrible error", palabras del Presidente Rafael Correa en repudio a lo dicho por el Ministro que quebró relaciones diplomáticas dos días después de la incursión territorial sin previo aviso de tropas colombianas a Angostura, la base clandestina de las FARC en la que murió su segundo hombre al mando –o el primero, pues había conocimiento de la enfermedad de Manuel Marulanda, alias “Tirofijo”- y otras 25 personas, todos desarmados.

"Si el gobierno colombiano continúa, pese a sus disculpas públicas (por el ataque de marzo), con las doctrinas enunciadas por su ministro de Defensa nos encontrará preparados”, añadió Correa en ceremonia policial del lunes.

"Si su criterio es perseguir y atacar terroristas en cualquier lugar, le puedo dar algunos libros para que sepa donde comenzar persiguiendo terroristas y narcotraficantes, para que empiece en casa", aseguró el mandatario que se aferra en negar que hay “Narcopolítica” en Ecuador, a pesar del reciente escándalo del ex Subsecretario de Gobierno Ignacio Chauvin y sus nexos con los hermanos Ostaiza Amay, narcotraficantes ecuatorianos que se presume comercializaban drogas provenientes de las FARC.

Narcopolítica en el ojo del Huracán

Durante el divorcio, a mediados de septiembre las autoridades ecuatorianas incautaron cerca de cinco toneladas de cocaína en una finca de Esmeraldas, ciudad cercana a la frontera con Colombia. La operación Huracán de la Frontera, condujo a la captura de Edison y Miguel Ostaiza, culpados de comercializar vía Pacífico cocaína producida por las FARC en el sur de Colombia.

La investigación relacionó a Ignacio Chauvin con los narcotraficantes. A pesar del vínculo amistoso con uno de los hermanos, el Ex Subsecretario del gobierno de Correa aseguró desconocer sus actividades económicas, y dijo que su relación no influyó en la entrega de contratos petroleros a Jooamy –empresa de los Ostaiza-, ni en los aportes para la campaña del movimiento Acuerdo País.

La presión de la fiscalía produjo su entrega, y la confesión de que Chauvin se habría reunido en varias ocasiones, en suelo venezolano y colombiano, con alias ‘Raúl Reyes’, en compañía incluso del ex jefe de su cartera Gustavo Larrea. Ignacio señaló además que las citas no fueron en Ecuador. Se dieron desde diciembre del 2007, la última tres días antes del ataque de Angostura.

“Cierto es que era amigo de Raúl Reyes de las FARC...”. “Con él me reuní siete veces, con Gustavo (Larrea) solo una vez, y había un solo objetivo en este proceso, y este era el intercambio humanitario...” dice Chauvin, ex funcionario del Ministerio de Seguridad Interna y Externa, quien por sus indagatorias provocó la dimisión de su antiguo jefe Gustavo Larrea, investigado actualmente Ya son cuatro los detenidos por el affaire de la red de narcotráfico de los Ostaiza.

El presidente Rafael Correa niega que haya “narcopolítica” en Ecuador y atribuye estas aseveraciones a sus opositores, que desean debilitar su régimen. “Los apátridas de siempre para tratar de hacerle daño al Gobierno ya hablan de la narcopolítica en el Ecuador, porque una persona que fue tres meses subsecretario de Gobierno resulta que ha sido amigo de un grupo de traficantes que parece que trabajaba con las FARC”.

Hasta ahora lo que sabemos de Chauvin es que era amigo de los Ostaiza y que era amigo de Raúl Reyes, que no era delito, como tampoco es delito en este país simpatizar con las FARC”, dijo el mandatario que quiso alguna vez otorgarle un estatus político de beligerancia a este grupo armado, en compañía de su amigo y homólogo Hugo Chávez.

A pesar de la información arrojada por los computadores de Raúl Reyes incautados en Angostura (Ver Caja de Pandora), Correa insiste en que las FARC y el narcotráfico no son problemáticas de su nación, aún cuando en 2006 se haya desmantelado en su territorio 28 bases de esta narcoguerrilla, y la cifra ascienda a 204 en los últimos años -según datos de la ACNUR y el Ministerio de Seguridad De Ecuador-.

"No hay narcopolítica, en el Ecuador no hay parapolítica. Lo que existe es una conspiración para golpear al gobierno de la Revolución Ciudadana, porque saben que ahora no existen prácticas mercantilistas, no hay testaferros y no hay lacayos"; dicho por Correa la semana de aniversario de la ruptura diplomática con Colombia, conmemorada por el pecado de un santo.

“Santos, un personaje siniestro”

Así lo calificó su homólogo venezolano Ramón Carrizález durante la posesión de su nuevo cargo, quien afirmó que con la “legítima defensa”, el Ministro de Defensa Santos se da el lujo de amenazar a sus vecinos pasando por encima de los acuerdos de su gobierno.

Entre tanto, ésta semana extrañó el silencio del Presidente Hugo Chávez. Poco habló el gobierno que erigió el pasado septiembre, un monumento en homenaje al difunto cabecilla de las FARC Manuel Marulanda Vélez alias “Tirofijo”, y que participa activamente en la liberación de los secuestrados.

Sin sus rituales arengas, Venezuela protestó ésta vez no en apoyo a su aliado antiimperialista ecuatoriano, sino en defensa de lo plasmado por la cumbre del Grupo de Río en 2008, en la que se declaró que “El territorio de un Estado es inviolable”. En comunicado del martes, la Cancillería interpretó las palabras de Juan Manuel Santos como un "grosero desconocimiento del consenso alcanzado de forma unánime“, y como una posible política internacional de la Seguridad Democrática que “amenaza la estabilidad y la soberanía” de los países latinos.

La Cancillería alegó además que el ministro Santos embiste "la relación de convivencia y respeto que deben tener nuestros países”, y sus declaraciones “constituyen una amenaza a la agenda de cooperación y paz de los presidentes Alvaro Uribe y Hugo Chávez".

Y sin embargo su pecado fue absuelto

Para calmar las aguas, el presidente Álvaro Uribe intervino el tres de marzo, con una petición de prudencia a sus ministros frente a declaraciones que comprometan las políticas internacionales, cuya divulgación queda exclusivamente para el Ministerio de Relaciones Exteriores. Esto generó el rumor de una posible dimisión de un santo imprudente al Ministerio de Defensa.


El rumor se creó a partir de un Consejo Extraordinario de Seguridad convocado por Juan Manuel Santos y la cúpula militar, para revaluar el concepto de “legítima defensa” que excusó el ataque a Ecuador, y la definición de la directriz a seguir frente a la insurgencia en el extranjero. La acción promovida mediante carta fue desautorizada por el Presidente Uribe, pues la petición se filtró la misma noche en algunos medios de comunicación, y los asuntos de seguridad nacional deben ser tratados con entera discreción. Cuestión delicada.


A pesar de sus grandes logros como Ministro de Defensa –Operación Jaque y la caída de varios cabecillas de las FARC-, Santos pasó tres días con su ministerio en jaque, al ver la caída masiva de cuotas burocráticas por los fenómenos insólitos que suceden en el país, cuya responsabilidad pocas veces recae en el ejecutivo y en su ramillete, como respalda el hecho de que tras los Falsos Positivos, el Comandante en Jefe de las Fuerzas Militares –el Presidente de la República- destituyera a 27 militares, eximiendo de la culpa a su máximo gestor –el Ministro de Defensa- quien no vio severo elefante.


Santos es un hombre bendito. A pesar de sus llamados de atención, Álvaro Uribe ratificó el miércoles cuatro a su Ministro de Defensa que se encontraba vulnerado por la opinión pública, pidiendo que "prolongue su estadía al frente de esta cartera" y "avance en su exitosa tarea de devolverle la seguridad a los colombianos". Y su pecado fue absuelto. Juan Manuel continúa en su ministerio hasta que sus ansias presidenciales lo inviten a la renuncia.

"Pobrecito, no ha entendido que en América Latina no hay lugar para aspirantes a emperadorcitos", dice Rafael Correa sobre una posible candidatura contemplada por Santos.

¿Y la reconciliación?


Luis Edgar Devia, alias Raúl Reyes perturba en su tumba. Confirmada la estadía de Juan Manuel Santos en la cartera de defensa, queda inconcluso el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Quito y Bogotá, que fueron las más afectadas en el aniversario imprudente de su muerte.

Según el Presidente Rafael Correa, Colombia solo cumple una de las cinco condiciones requeridas por su gobierno para anular su divorcio. Esta es el control de la frontera común, que Colombia custodia con cuatro unidades militares, pero que "la mayoría no están en la línea de frontera", en comparación con Ecuador que "tiene 17 unidades militares permanentes en la línea de frontera ... (para) un control territorial in situ de las fuerzas armadas (ecuatorianas)".

Las condiciones restantes son las indemnizaciones por el ataque; la ayuda económica mediante Naciones Unidas para la atención de refugiados colombianos en su territorio; la entrega de información sobre el bombardeo –Quito sospecha de la participación de Estados Unidos– y que Bogotá cese sus denuncias de relacionar a Ecuador con la mayor insurgencia colombiana.

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Unos critican la estupidez de Santos que no es solo de esta semana. Otros creen que el Ministro nunca contempló su dimisión, y que su imprudencia solo fue un adelanto de lo que sería su campaña presidencial como un vil negativo Uribista, que pretende revelar la prolongación de la Seguridad Democrática. Otros dicen que provocar la lengua anodina de Rafael Correa durante el recuerdo de la muerte de Raúl Reyes y la violación de la soberanía ecuatoriana, solo fue una habitual cortina de humo para acabar con el escándalo de las “chuzadas”, interceptaciones telefónicas y seguimientos que el DAS realizó contra varios políticos, periodistas, congresistas y otro cúmulo de funcionarios del Estado.


Cosas que pasan en la Seguridad Democrática.