jueves, 23 de octubre de 2008

A propósito de la reelección ¿Uribe III?


Nuestro país se encuentra en un estado de efervescencia, a propósito de la oficialización de una posible candidatura Uribista para el 2010 y si es posible para el 2014, que ya están siendo gestionadas sin el consentimiento público de su máximo alfil, Alvarito, que presumimos está esperando la total aprobación de la reforma política y su controversial artículo 19, para pronunciarse.


No contentos con dos mandatos presidenciales permeados por el éxito mediático de la seguridad democrática y el debilitamiento de los grupos armados ilegales, los sectores Uribistas y sus adeptos, están promoviendo dos estrategias para que el primer mandatario continúe en el trono: El referendo popular para la reelección presidencial inmediata (que en su formulación tiene una incoherencia que descalifica automáticamente a Uribe), y la reforma política con su orangután, el artículo 19, que promueve la reelección pero luego de un gobierno distinto.


¿Logrará Uribe alcanzar a Rocky en el ring de boxeo? Esperamos que lo noqueen en el tercer asalto. No somos partidarios de una eventual reelección suya, pues consideramos que apoyar esa figura opacaría el ejercicio de la democracia, aunque paradójicamente fuera reelecto por ella. Aun cuando Uribe haya hecho una gestión positiva en su gobierno, el país no debería cegarse con el paradigma de un presidente heroico, cuestión que lastimosamente está sucediendo sobretodo con la popularidad que ha ganado con los medios. Consideramos que una hegemonía en este siglo es altamente nociva. Si nos pidieran un concepto a favor de una de las estrategias reelectivas, escogeríamos la reforma política, pues esta a pesar de su orangután, fue creada con el objetivo inicial de depurar ciertos inconvenientes que se presentan a nivel de partidos, y además el referendo tiene un inciso errático por el que la candidatura uribista en 2010 se anula.


La reelección en la historia colombiana


Los presidentes reelegidos en Colombia han sido Simón Bolívar, Jose Miguel Pey, Custodio García Róvira, Domingo Caicedo, Tomás Cipriano de Mosquera, Manuel Murillo Toro, Rafael Núñez, Alfonso López Pumarejo y Álvaro Uribe Vélez.

Quien tuvo la primicia reeleccionista fue el libertador Simón Bolívar, quien impulsó la independencia de España del Virreinato de la Nueva Granada, con la creación de La Gran Colombia, decretada en 1819 por el Congreso de la Angostura y que lo eligió como primer mandatario desde su creación hasta 1830, periodo durante el cual fue reelegido.

Según un análisis de Juan Londoño Hidalgo, el primer presidente de los colombianos, fue José Miguel Pey (quien se desempeñaba como alcalde de Bogotá, el 20 de julio de 1810) ocupando la presidencia tres veces, en todos los casos por encargo; inició en 1810 como presidente de Cundinamarca en la coyuntura del grito de independencia, repitiendo en 1815 y finalmente en 1831. Otro caso destacable fue el de Custodio García Róvira, quien ejerció la primera magistratura en tres ocasiones, y curiosamente en tres años seguidos, entre 1814 (elegido), 1815 (encargado) y 1816 (elegido) [1].


Así, durante el siglo XIX encontramos diversos casos de mandatarios reelegidos, como Domingo Caicedo, que entre 1830 y 1842, ejerció la presidencia cinco veces a título de encargado; José Ignacio de Márquez, quien entre 1832 y 1837, se desempeñó tres veces como encargado y en 1837 fue elegido por voto popular; Y Tomás Cipriano de Mosquera, quien ejerció la presidencia de la república cuatro veces, elegido en 1845 por voto popular; en 1861 por un célebre golpe de estado, en 1863 fue encargado, y finalmente en 1866 fue elegido.

Para Londoño el caso más destacado a lo largo del siglo XIX es el de Rafael Núñez, quien tomó el poder en cuatro ocasiones: su primera elección fue en 1880, la segunda en 1884 y la segunda reelección fue en 1886 – el año de la constitución – cuando debió entregarle el poder por encargo a José María Campo Serrano, quien sancionó la Constitución de 1886. Núñez llegó por cuarta vez a la presidencia en 1892, período que tampoco terminó y delegó a Miguel Antonio Caro ese mismo año. Esto convierte a Núñez, como el colombiano que más veces ha sido elegido como presidente[2].

A partir del fracaso de la reelección del General Reyes, durante el siglo XX, sólo se conoce la reelección del Presidente Alfonso López Pumarejo (1934 primer mandato, 1942 segundo), bajo las normas de reelección alterna, con las consecuencias que registra la historia. Durante este mismo período se presentaron los intentos reeleccionistas de Alberto Lleras Restrepo, Alfonso López Michelsen y Gustavo Rojas Pinilla; los cuales no encontraron acogida ni al interior de los partidos ni por la opinión popular.

La Asamblea Nacional Constituyente de 1991, considerando los fracasos expuestos y las tendencias de la voluntad popular, estableció en el artículo 197 de la actual carta constitucional así: “...No podrá ser elegido Presidente de la República el ciudadano que a cualquier título haya ejercido la presidencia...”; esta es la garantía constitucional que el constituyente ofreció al pueblo colombiano para evitar las posibles deformaciones del régimen político y evitar los abusos de poder en los que pueda incurrir el gobernante de turno[3].

Preguntémosle a Álvaro Uribe (quien lleva en su cuenta una reeleción inmediata en 2006) o mejor a su bancada o a los partidos de coalición, ante su silencio, si el orangutan de la reforma política y el referendo popular que promueven su posible reelección tanto en el 2010 como en el 2014, son defensoras de la democracia. Pretender 16 años de mandato ¿No es nocivo para la democracia? ¿No es esto un abuso del poder? ¿En qué dista una hegemonía Uribista de una dictadura Chavista? ¿Pretende Uribe perpetuarse en el poder? ¿Qué hay detrás de todo esto?

Por ahora Uribe guarda silencio y deja al libre albedrío a los miembros de su bancada (Partido de la U) la promoción de la reelección sin una manifestación oficial suya, como posible candidato. ¿No representan los intereses de la bancada, los intereses de sus líderes? Juzguen ustedes. Mientras tanto que se siga irrespetando la constitución.

La reelección desde una óptica suramericana


Daniel Zovatto en su artículo “Avances de la reelección presidencial en América Latina”, deja entrever que el fenómeno de la reelección, cobra nuevas fuerzas en nuestros territorios debido a que la legislatura latinoamericana tiende a favorecer este mecanismo. En esta medida, señala el autor que en Suramérica, países como Brasil, Argentina, Perú y Venezuela la reelección consecutiva está permitida. Mientras que en Bolivia, Chile, Ecuador, Panamá y Uruguay este mecanismo sólo es posible transcurrido al menos un mandato presidencial.


Lo anterior permite vislumbrar que los procesos reformistas en Suramérica, han obedecido a ciertas tendencias del poder para continuar ejerciendo el control estatal. Entre los ejemplos más sobresalientes en cuanto a reelección en el continente se encuentran: Carlos Menem en Argentina; Cardoso en Brasil; Fujimori en Perú; y Chávez en Venezuela.


En Colombia, el fenómeno estaba vetado en la agenda política desde la constituyente del 1991 ; sin embargo en el año 2003, las condiciones cambiaron cuando el actual presidente Álvaro Uribe, levantó las prohibiciones existentes y condensadas, utilizando como mecanismo la reforma política, para la consecución su segundo mandato; de allí, la reelección presidencial, cobró vigencia especialmente en los diferentes estamentos socio-políticos que conforman nuestra nación.


No obstante, la primera reelección se caracterizó por ser alterna sin ir en contravía con lo establecido en la Carta Magna; pero lo cierto es que la actual reforma política que se debate en el congreso nacional con el proyecto de acto legislativo 106, pretende cambiar esta situación, con su artículo 19 que establece: “La Presidencia de la República podrá ser ejercida por dos períodos consecutivos, y un período adicional, transcurrido mínimo cuatro años de haber terminado el último período constitucional”.


Además, anota Zovatto, que las confrontaciones en torno a la vigencia de un sistema reeleccionista, ha desvirtuado la esencia misma del mecanismo y esto ha ocasionado que la ciudadanía –la que supuestamente decide y tiene la última palabra- desconozca los puntos clave que propone el proyecto de acto legislativo 106 en el caso colombiano.


En nuestra opinión, la pretensión reeleccionista de la coalición Uribista, expone al país a un riesgo de "dictadura democrática" y refuerza la tendencia hacia el liderazgo personalista y hegemónico inherente al presidencialismo; lo cual está vulnerando a la nación, pues va en contravía del fundamento nacional: LA DEMOCRACIA.


Los defensores de este mecanismo, consideran que la reelección permitirá aplicar un enfoque más "democrático", en la medida en que posibilita a la ciudadanía elegir con mayor libertad a su presidente y responsabilizarlo por su desempeño, premiando o castigando según sea el caso.
En oposición o a favor, hablar de reelección en Colombia, es un tema complejo y controversial que requiere más que una simple lectura a los acontecimientos; implicaría una revisión y estudio desde la situación histórica nacional, para establecer que tan consecuente y necesaria es la reelección de Uribe en el país.


Referendo y reforma política


La reforma política que ya fue aprobada por la Comisión Primera de la Cámara de Representantes, debe seguir tres debates más en el Congreso de la República (dos en el Senado, y uno en la Cámara) antes del 20 de junio del 2009, cuando vence el periodo de sesiones de las cámaras legislativas. El acto legislativo debe ser una reforma constitucional porque la Constitución expedida en 1991 de manera expresa prohíbe la reelección del Presidente de la República, como lo menciona Jesus Ortíz Nieves, en su texto “La reelección presidencial”.


¿Luego entonces cómo vimos en Cartagena la reelección del ex alcalde Nicolás Curi Vergara? Sencillo, en Colombia existe la reelección a perpetuidad de los congresistas y la reelección alternada de los gobernadores regionales y los alcaldes municipales, que, deben esperar un periodo para volverse a postular.


Si el congreso de la República, aprueba en sus cuatro instancias la actual reforma política, posiblemente tendremos a Uribe de candidato en el 2014, y si adicionalmente el referendo por la reelección inmediata, modifica su texto incongruente que descalifica automáticamente a Uribe pues se plantea que "quien haya ejercido la Presidencia de la República por dos períodos constitucionales, podrá ser elegido para otro período", y en mayo de 2010, cuando se realicen las elecciones presidenciales, Uribe no habrá terminado de "ejercer" su segundo período.


El referendo se está cayendo solito, pues no está claro si el Congreso tiene competencia para modificar la pregunta respaldada por los firmantes en las planillas, pero una corriente uribista cree que sí lo puede hacer. Según la edición del 22 de octubre de EL TIEMPO, el inciso sobre el cual se preguntaría en el referendo quedaría redactado de la siguiente manera: "Quien haya sido elegido a la Presidencia de la República por dos períodos constitucionales, podrá ser elegido para otro período".


Así pues, la palabra "ejercido", contenida en el proyecto original y que por su significado permitiría una reelección sólo en 2014, sería reemplazada por "elegido", permitiendo así una reelección inmediata en 2010 ¿ Podrá ser reformado un texto que ya fue firmado por más de 5 millones de colombianos? En nuestra opinión sería un atrevimiento. Mala jugada para los precursores de la reelección.


Todo el país está en ascuas sobre el pronunciamiento de Álvaro Uribe sobre si quiere o no perpetuarse en el poder. Mientras tanto la vida de la Reforma Política y de su orangután, dependen de la decisión del Congreso de la República. El pueblo que firmó el referendo, reza porque el legislativo permita modificar el texto que anula la candidatura de Uribe. Mientras tanto nosotros esperamos que aparezca en el ring un contrincante más fuerte que Uribe, que salga victorioso en la contienda electoral del 2010. En la variedad está el placer.


Hecho por Malapalabra y Julis Carmona

[1] Tomado de La reelección presidencial en Colombia: El siglo XIX. Juan Londoño Hidalgo, http://www.eltiempo.com/ 16-07-08
[2] Ibidem
[3] Tomado de gaceta del congreso del 12 de junio de 2004

viernes, 17 de octubre de 2008

Martti Ahtisaari: Los conflictos de un pacificador - Ganador del Nobel de Paz 2008


Ha pasado una semana y la efervescente Rusia no ha reclamado a su Nobel de Paz, como reclamó meses antes a sus hoy independientes Abjasia y Osetia del Sur.

Uno de los pocos apuros que no ha solucionado el pacificador y diplomático Martti Ahtisaari, quien ganó el pasado 10 de octubre el premio Nobel de Paz por sus esfuerzos mediadores en conflictos internacionales, es precisamente el de su nacionalidad ante la opinión pública. Y es que algunas instituciones serias como el CIDOB de Barcelona (Centro de Investigación de relaciones internacionales y desarrollo) lo muestran oficialmente ruso (Nacimiento: Vyborg, República de Karelia, Rusia, 23 de Junio de 1937); mientras la tendencia de otros grandes medios en esta semana (El Tiempo de Colombia; El País de España) fue decir a secas que Ahtisaari nació en 1937, poniendo en sus líneas “El ex presidente finlandés…” o “El ex mandatario de Finlandia…” ¿Destacando su gentilicio o el lugar de su ex presidencia? No queda claro.

Es difícil cuando tu cuna cambia de identidad. Vyborg, la antigua Viipuri, dejó de ser finlandesa en 1945, para pertenecer, por efectos de la segunda guerra mundial, a la Unión Soviética. Quizás este episodio predestinó al Nobel como conciliador internacional.

Un Nobel en espera

Martti Ahtisaari es un hombre con estrella. Su nombre figuraba entre los principales candidatos al premio Nobel de Paz desde hacía años, especialmente a partir de 2005, cuando a través de su organización Iniciativa para la Mediación de Crisis (CMI) contribuyó de forma significativa a la resolución del conflicto en la región indonesia de Aceh. Hoy acompaña honorablemente a otros pacificadores como el ex presidente de Sudáfrica Nelson Mandela; el ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore; y el ex secretario general de las Naciones Unidas Kofi Annan, quien le encomendó en 2005 la intermediación para el estatuto de Kosovo.

Tres décadas de mediación de conflictos internacionales, la construcción de un mundo más pacífico y la iniciativa de fraternidad entre las naciones, le han valido el premio a Ahtisaari, según Ole Danbolt Mjøs, presidente del comité Nobel Noruego. "La más importante de mis misiones fue por supuesto la de la independencia de Namibia. Con ese proceso estuve ocupado 13 años. Aceh y Kosovo fueron también muy importantes" dijo el Nobel a la emisora pública noruega NKR.

La de Aceh forma parte de una larga lista de mediaciones que comenzaron con la independencia de Namibia (1989-1990), e incluyen contribuciones para resolver los conflictos en Iraq, Irlanda del Norte, Asia Central y el Cuerno de África, así como la formulación del Plan de Paz de Kosovo.

Un Tsunami que acabó con el conflicto

Suena oportunista, pero la CMI intervino en Aceh, justo después de lo que muchos musulmanes podrían considerar en su argot una maldición de Alá: el tsunami de diciembre de 2004.

El conflicto armado al norte de Sumatra, que enfrentaba desde 1976 al gobierno indonesio con el grupo armado Movimiento de Liberación de Aceh (GAM o Gerakan Aceh Merdeka) que buscaba la independencia de esa región para instaurar una república islámica y controlar sus recursos naturales, mostró su cara B desde el devastador desastre natural, que se llevó en pocos minutos la vida de 170.000 acheníes, en contraste con los 12.000 civiles que murieron durante tres décadas de guerra[1].

El GAM declaró un alto al fuego unilateral, mientras las fuerzas armadas convocaron un cese de hostilidades, para intervenir en acciones humanitarias. Indonesia se encontró preparada para negociar, concediendo una amnistía temporal al GAM, y acogiendo una propuesta de la Escuela de Cultura de Paz para explorar nuevos procesos.

El 25 de enero, la CMI liderada por el actual premio Nobel, mediaría en las conversaciones en Helsinki entre el Gobierno indonesio y el GAM que constarían de cinco fases.

El acuerdo de paz que pondría fin a 30 años de conflicto armado, se firmó el 15 de agosto de 2005 en Helsinki bajo el nombre de Momerandum of understanding MOU. El proceso de paz ha transcurrido exitosamente hasta ahora. La puesta en práctica del acuerdo ha ayudado a Aceh a ganar una creciente estabilidad desde agosto de 2005, como muestran, entre otros, la aprobación de parte del parlamento indonesio de una ley de autonomía para Aceh, así como las primeras elecciones locales directas, celebradas pacíficamente en diciembre de 2006.

¿Qué se acordó?
Según agencia EFE

- Amnistía general. El Gobierno se comprometió a conceder a más de 2 000 presos del GAM en los quince días siguientes a la firma del acuerdo.

- La desmilitarización de Aceh y el desarme de los guerrilleros, vistos ambos como puntos decisivos, y que según el calendario acordado empezaría el 15 de septiembre, fecha en que comenzarían su tarea los 300 observadores internacionales que ya han empezado a desplegarse en el terreno.


-La concesión de una amplia autonomía para la provincia, que contaría, además, con un Gobierno regional, bandera e himno, y la posibilidad de administrar el 70 por ciento de sus recursos: gas natural y petróleo.

-Jakarta se comprometió también a modificar la legislación antes de abril de 2006 para permitir en Aceh la creación de partidos políticos locales, que ahora prohíbe los grupos que no tienen representación en al menos la mitad de las provincias del país.

-Por su parte, el GAM renunció a su aspiración de fundar un Estado islámico independiente, objetivo con el que inició las hostilidades contra el ejército indonesio en 1976, y se comprometió a desarmar a sus 3 000 efectivos antes de final de año.

El caso Aceh ¿Podría replicarse en Colombia?

La CMI no podría acabar en tiempo record, como lo hizo en Indonesia, un conflicto de más de medio siglo, con beligerantes que se han desviado de sus raíces ideológicas. Sería un milagro. Hay que ver, que la institución de Ahtisaari aprovechó la iniciativa de negociación en Indonesia, a propósito de la coyuntural catástrofe del Tsunami. Una posible experiencia de la CMI en Colombia tendría la misión de erradicar completamente el narcotráfico, y desmantelar los nexos de corrupción existentes entre los grupos armados ilegales y funcionarios del estado colombiano, empresarios, terratenientes, esmeralderos, y otros grupos económicos.

Tras múltiples intentos de negociación fallida, considero que la salida del conflicto armado en Colombia no es la negociación, sino la penalización, el castigo y el juicio, duélale o no a la democracia, pero el país no puede seguir siendo victima de burlas y chantajes. Invitemos al diplomático Ahtisaari, a ver que propone.


[1] Tomado de El proceso de paz de Indonesia (Aceh)
Vicenç Fisas

martes, 14 de octubre de 2008

¿Democratización mediática o medios a favor de la democracia?


¿Son los mass media elementos potenciales de nuestra democracia? Reflexión determinante en el discurso de Hernando Gómez Buendía “Los retos del periodismo en una democracia”, quien define a los medios con todo y sus defectos, como un espacio para el diálogo colectivo y un sistema de información pública para la comunidad, que construye el ámbito de lo democrático. Para él, no hay democracia sin medios, pues estos se convierten en su vehículo de expresión. Y tiene razón. Aunque yo le añadiría algunos peros.


La democracia entendida como el gobierno del pueblo, es un sistema político que supone la decisión colectiva y deliberada de un “todo libre” en cuestiones que atañen al Estado. O mejor dicho, un sistema en el que el pueblo elige a unos representantes por sus promesas satisfactoras de necesidades reflejadas en sus propuestas programáticas. A ese pueblo que testea el sabor democrático con el voto, participando ocasionalmente en referendos, plebiscitos, y consultas, solo le queda confiar en la buena fe de sus elegidos. De ahí en adelante, el único contacto que tendrá el votante con su candidato, si es que gana, será a través de una pantalla, un parlante, un papel. Los medios.


Democracia durmiente


A mi juicio, la democracia en Colombia solo se gesta en las urnas, solo funciona sinérgicamente con los medios y los partidos políticos en episodios electorales. Pasadas las elecciones se esconde en su cueva como los osos, para hibernar, y como madre de las libertades, “dejar ser” a sus nuevos gobernantes.


Luego entonces ¿qué hacen los medios durante todo ese tiempo de democracia durmiente? Sencillo. Entre otras cosas, le hacen campaña a los futuros candidatos y a los partidos. Ese en mi opinión no es el único, pero sí el máximo servicio que tienen los medios masivos a favor de la democracia, el de preparar a los futuros votantes. Las demás funciones que ejercen ellos como la supervisión y correlación del entorno (la más importante para mí), el entretenimiento, los servicios sociales, la transmisión cultural, entre otras, no tienen nada que ver con la democracia, por lo menos como yo la entiendo.


Y mi idea la secundan los señores Alejandro Santos Rubino y Maria Teresa Ronderos en su texto “¿Pueden los medios fabricar candidatos?”, en el que dejan entrever que los medios si tienen parte importante en la consolidación de candidatos y en el juego electoral, más sin embargo, no influyen como se cree en los resultados electorales, ni pueden fabricar triunfos a la medida de sus aspiraciones o intereses. Pero sí pueden llegar a permear a cierto grupo de votantes denominados de opinión, que se forman una idea de los candidatos y de su voto en la medida en que los ven aparecer en los medios de comunicación, en especial en la televisión.


Hay otras tendencias de votantes según estos autores. Los hay con identidad de partido; por fidelidad, por herencia, convicción o inercia. Hay quienes votan por intereses específicos. Hay votantes modernos e independientes que se informan bien, pero gran parte de lo que conocen es por los medios. Y hay otros muchos que votan amarrados a dádivas como mercaditos, abanicos, arreglos viales, efectivo, empleos, etc.


La cuestión es esta. En un país con un índice de pobreza de 49,2% y de extrema pobreza de 14,7% en base a 41.2 millones de habitantes (según el departamento nacional de planeación III trimestre de 2005 y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD), es esperable que en sus habitantes la educación electoral sea precaria, amparando fenómenos como los votos por dádivas que bien vimos en Cartagena con el ex alcalde Nicolás Curi, o en menor gravedad, generando toda una saga de votantes de opinión con los medios que tienen a su alcance. Votantes que deciden en el preámbulo a las urnas.


Hablemos de TV, el masivo por excelencia. Si sintonizamos las franjas informativas en horas pico, encontraremos que mi hipótesis es cierta, no se si por coincidencia. Distamos del 2010 y ya se está hablando de reelección, incluso para el 2014. Se está preparando a los votantes. Esa es la agenda que nos ofrecen los canales. La hegemonía Uribista. Es la temática relevante que imponen. Se hable bien o mal del presidente y sus políticas, él es quien ocupa nuestras pantallas. Eso es publicidad. La televisión es el puente para que los candidatos se vendan. Los de la coalición, los opositores, Petro, Vargas Lleras, todos cogen pantallazos.


Quiero creer que los buenos medios que nos quedan hacen publicidad electoral involuntariamente. Es rescatable la nueva tendencia mediática investigativa y de denuncia de hoy por hoy. El poder ser vigilantes, delatores anti- corrupción, defensores del interés público. Es rescatable que los medios generen estos contenidos para luchar contra las agendas mediáticas que desean imponer los políticos, y en cambio se exalten los intereses y necesidades de los ciudadanos, para capacitarlos mejor antes del acto de votar, como concluyen Santos y Ronderos.


¿Qué tan libres son nuestros medios? Pasemos a otro punto clave.


Credibilidad y monopolios


El periodismo en estos tiempos tiene unos retos de credibilidad difíciles. Dice Hernando Gómez que su objetivo debe ser ofrecerle la información al público, para que el público sea libre y se autogobierne. Nuestro oficio debe ser tratar de aumentar la libertad humana, porque sin información no hay opción; no hay libertad si no hay información; Sin información no hay control, y sin información no hay pluralismo. Por eso no es exagerado decir que los medios son la esencia de la democracia. Al menos, ese es el ideal.


Qué lindo ideal. En mi país aún lo veo lejano, atendiendo a que los medios que más se consumen son de carácter privado. Algo paradójico al discurso de lo mediático en Gómez, como diálogo y espacio de lo público.


Hernando se cuestiona, cómo pueden ser creíbles los medios masivos privados si se financian en las mentiras; esto refiriéndose a la publicidad. Bien sabemos que la mayor fuente lucrativa de los medios masivos no son las ventas de ejemplares ni el rating, sino las pautas publicitarias. Es su naturaleza vendida. Si la publicidad es su negocio ¿qué canal no se parcializaría políticamente al aceptar pautar a un candidato? Pero ahí no va el problema.


Yo me pregunto ¿cómo pueden ser creíbles algunos medios masivos privados y estatales, comenzando por la institucionalidad que tienen latente? A qué grupo económico-ideológico- político respaldan y quién los financia? La objetividad en la información y la búsqueda de la verdad pueden ser posibles en los monopolios informativos?


Cito, por mencionar algunos casos, al canal RCN propiedad de Ardila Lulle (Radio Casa Nariño, como le llaman algunos bloggers como felipezuleta.blogspot.com), considerado por muchos como un medio de la oficialidad uribista, cuestión que se reforzó desde la emisión exclusiva de la “Operación Jaque”. Y el prestigioso diario El Tiempo, con los Santos (Enrique, Pacho, Juan Manuel) a la cabeza.


Democratización de la información


Es atrevido hacer conjeturas sobre lo parcializado que están algunos de nuestros medios, atendiendo a que evitan tener etiquetas. Pero no puedo negar que en Colombia por lo menos existe una pluralidad en cuestión de medios y de contenidos. Hay todo un abanico de medios por la demanda de públicos existente. Desde los más triviales y frívolos hasta los sensacionalistas, sexistas, uribistas, políticos, infantiles, insurgentes, juveniles, deportivos, fashionistas, de todo. Hay una multiplicidad en cuestión informativa. Hay Internet, medios digitales. Eso sí que es democratización de la información. En eso sí relaciono información con democracia, en eso sí relaciono información con libertades. Sin embargo no podemos confundir la democratización de la información y de medios, con los medios a favor de la democracia, entendida como un sistema participativo en el ámbito de lo político.


Gracias al de arriba aún distamos del totalitarismo mediático venezolano (Radio Caracas TV). Pero por desgracia la única censura que sufrimos la imponen los fusiles.

Credo final


Creo que la democracia en Colombia solo se remonta a la acción y efecto de votar. Creo que los medios trabajan a favor de ciertos figurines políticos. Creo que hay tantos medios como figurines políticos. Creo que éstos tienen un papel determinante en vísperas electorales. Creo que éstos influyen en las masas sin un criterio sólido y sin educación electoral. Creo que hay democratización de la información en Colombia, más no unos medios a favor de la democracia. Creo en los monopolios informativos y grupos económicos que ejercen control en la información. Creo en la publicidad y la pauta a favor de los candidatos. Creo en los medios parcializados. Creo que los medios, la democracia y los partidos son una sinergia peligrosa. Creo urgente una reforma electoral. Amén.