Autor Laura Restrepo Año 2002
Edición de lujo Alfaguara 2008 Ilustraciones Brian Nissen 72 Páginas
Género Cuento
Sinopsis Su amor nació en el Nilo. Ella estudiaba en Ginebra, él en Inglaterra. El idilio los obligó a desertar y a consumar su amor financiado por Hotel Mamma en una pensión romana. La familia de ella los separó cuando lo supo. Él terminó modesto en la Javeriana, ella se casó con un banquero suizo. Los años y los nietos pasaron más la curiosidad de explorar ese amor inconcluso siguió vigente, hasta esa semana en aquel aeropuerto de Miami. Intenso olor a rosas invisibles, de un amor que fue.
Calificación *****
Cuando todo parece haber acabado en esa edad en que los nietos, la pensión, la artritis, las arrugas y el cuerpo fláccido de tu conyugue te recuerdan que ya es hora de descansar, que tu labor está cumplida y te puedes marchar satisfecho, el amor de pareja termina siendo un acto de inercia entre seres que se sienten ajenos en su propio cuerpo, impotente, desgastado, débil.
Laura Restrepo en Olor a rosas invisibles nos presenta ese amor en la vejez, con una prosa exquisita sin caer en lugares comunes, relatando desde una tercera persona un reencuentro después de varias décadas de un amor inconcluso que resulta un completo fiasco.
Eloisa y Luicé deciden pasar una semana en Miami, con la curiosidad enardecida por esos previos encuentros telefónicos y epistolares rutinarios que atizaban la llama de ese amor pendiente, con la curiosidad de ver que pasaría en ese tiempo en que sus corazones palpitaban con monotonía.
Luicé le mintió a su mujer para asistir a ese lugar en el que no encontró el recuerdo invisible de Eloisa, sino una figura regordeta, fea y arrugada, la rosa materializada con sus pétalos marchitos. A él le costó reconocer a la Eloisa que alguna vez amó, más sintió un alivio pues previo al encuentro él se sentía igual que ella, acabado, con su ausencia dental, sus canas y esa barriga de sebo.
Aquella semana en Miami no pudo reconstruir ese amor de antaño que vivió todo ese tiempo en la esquina del antiguo café automático, en el corazón del narrador de este cuento, que en el fondo envidia un amor así, de esos que nunca tendrá, y que no podrá dar aquel final feliz que nunca tuvo.
Me agrada la narración incógnita de este relato desde la esperanza de un ser que siempre quiso un amor como el de Luicé, parecerse a Luicé, y que me crea ciertas dudas de la verosimilitud de Luicé. Existió él? Fue su amigo? O fue producto de su imaginación, igual que las putas de Magangué, aquella panadera o Gloria Eterna. Bueno eso quedará para cada lector.
Novela corta o cuento largo? sin importar la extensión, los invito a leer al amor como un sentimiento estético, a recordar a un viejo idilio y a disfrutar la prosa prodigiosa de Restrepo.
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